Accesit - 2004 Ronda (Malaga)
La Plaza de los Descalzos, a pesar de su inmejorable situación entre la zona monumental y las calles comerciales, a pesar de su encanto y de sus posibilidades, se encuentra en cierta medida olvidada tanto para el rondeño como para el turista. Nuestro proyecto pretende potenciar el carácter particular de la plaza proponiendo un espacio atractivo, que permita flexibilidad de usos que conviertan la plaza en un nuevo foco de actividades urbanas.
Proponemos un espacio singular y expresivo, que mire al futuro sin dejar de lado la tradición.
El proyecto resuelve con una serie de gestos mínimos -pliegues, grietas...- el diálogo con la iglesia y la creación de un lugar agradable de descanso para los peatones, que a su vez es compatible con el aparcamiento subterráneo.
Se propone jugar con la topografía mediante una serie de plataformas que delimitan ámbitos de estancia y reunión más reducidos y amables, a la vez que con un trazado sinuoso permiten pendientes más suaves para el acceso de minusválidos.
Estas plataformas se articulan mediante unas grietas que iluminan y ventilan el garaje de manera natural. Esta luz natural se tamiza a través de unas celosías de forja que reproducen tipos de la tradición local, reinterpretándolos en clave abstracta.
A través de los huecos surgen seis grandes palmeras que nacen de unas generosas jardineras inferiores, creando espacios en sombra sobre la plaza.
El mobiliario se conforma mediante unos bancos corridos, que se entienden como un pliegue del propio pavimento, y una serie sillas pivotantes de fundición de aluminio, que se colocan de manera anárquica, siendo los propios usuarios los que se agrupan o se individualizan.
El pavimento es un continuo de piezas de granito gris con encintados de granito negro, en el que se juega con distintos tipos de acabado. Alternativamente, las piezas se sustituyen por pequeños parterres de plantas aromáticas o madera que le dan un aspecto más cálido a los espacios con carácter más estancial.
Láminas de agua recorren la plaza aprovechando la pendiente, acompañando el paseo con un tenue rumor y frescor, como en la mejor tradición del jardín local. Así el agua, la vegetación y la ventilación natural se convierten en los mejores aliados en pos de un entorno bioclimático.
Como elementos de iluminación se emplean luces empotradas en suelo, además de una iluminación indirecta a través de los pliegues de las plataformas hacia las copas de las palmeras.
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